Después de más de 40 días con la economía en stand-by debido a la reclusión de la población en sus hogares, si algo podemos tener claro, es la percepción que ahora tenemos de la certidumbre. Es decir, estos días la incertidumbre se sitúa en el centro de nuestras vidas. Por ejemplo, hasta hace muy poco, todos organizábamos nuestra agenda tanto a nivel profesional como personal con cierta seguridad de que los eventos iban a suceder más o menos tal y como teníamos planificado.
Comprar un billete de avión a tres meses vista para ejecutar un proyecto determinado era un acto que normalmente sucedía tal y como estaba planificado.
Así pues, vemos que la certidumbre es un ingrediente que afecta a nuestras vidas de manera bestial, pudiendo cambiar de manera radical el orden de las necesidades y valores de la sociedad y su economía.
Por lo tanto, hoy en día las organizaciones tienen que abordar en paralelo dos retos: la gestión del día a día y la gestión eficaz del cambio.